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13 oct 2011

VUESTRO RINCON

Acordaros que podeis enviarme fotografías y videos (tanero@hotmail.es) de vuestras capturas, e incluso alguna dedicatoria si alguno de los comentarios hechos en este humilde blog (tanto por mí como por usuarios) os ha llevado a mejorar vuestras "capturas taneras". A mí personalmente me gustaría saberlo y me llenaría de satisfacción que os animeis a contarlo. Porque eso significará que soy capaz de trasmitiros la poca sabiduria que tengo de este noble arte de " La pesca de la dorada ".

6 oct 2011

A POR DORADAS CON JOSE

ESCRITO POR JOSE:http://nosolomosca.blogspot.com/)

Hace unos días me llama Walter y me dice: - Jose, mañana va a ser un día muy bueno para pescar doradas. ¿Te vienes?
Mientras el cerebro termina de procesar la información, ya comienzo a articular un rotundo !!! Si ¡¡¡ Pero Walter me dice: -Lo que pasa es que tenemos que ir temprano, por lo que tendrías que venir ya. Aún no había terminado de decirlo y le contesté: -Sin problema. Así que sin tiempo para la reacción, pasé por casa e inicié el viaje. Me encontré con Walter a la hora de la cena, así que yo también me dispuse a cenar. Este me comentó que se había dado un golpe en un tobillo, por lo que la jornada dependería de su estado al día siguiente. Así que nos fuimos a dormir. Aunque yo no dormí mucho a causa de los nervios y un mosquito que se empeñaba en querer degustar el delicioso néctar que fluye por mis venas jejeje.
Poco antes del amanecer ya estábamos con los cebos en el agua. Y como Walter había pronosticado, las primeras picadas no se hicieron esperar. Fueron picadas de buenos y desconfiados ejemplares. En frente teníamos a unos astutos adversarios, pues con precisión quirúrgica, lograban comer los cangrejos, devolviéndonos en varias ocasiones las patas de estos, que previamente habíamos afianzado con el hilo de licra.
El sol fue tomando posición en el cielo y entonces empezaba a temerme lo peor. Recordaba anteriores jornadas con Walter, en las que las doradas nos habían sido esquivas. La visión de estas y su poderosas mandíbulas nos devolvían un cangrejo recién lanzado, con una dentellada precisa, pero sin alcanzar los afilados anzuelos.Walter me animaba, mientras seguía preparando cangrejos. Hablábamos y nos echábamos unas risas, pero el sexto sentido de mi compañero intuía la más leve picada y por enésima vez tomaba la caña, tras la picada de una dorada. Esta vez fue diferente ... contuve la respiración y entonces Walter clavó con firmeza. La reacción al otro lado de la línea no se hizo esperar ... el animal comenzó a tirar y la bobina del carrete giraba inevitablemente ante tan despliegue de fuerza. Fue entonces cuando Walter exclamó: !!! Eh, que me deja sin hilo ¡¡¡ En una marea con poco tiro de corriente, la dorada había puesto en serios aprietos a mi compañero, pero el buen hacer del pescador hizo que en poco más de 6 minutos, la dorada terminase en la embarcación. En esta ocasión sacamos oro, !!!!De 24 kilates¡¡¡. Mientras la observaba en el fondo de la red, Walter le calculó 4 kilos. Finalmente comprobaríamos que el ejemplar se quedaba a escasos 100 gramos de este peso. Las imponentes piezas dentales que portan estos peces le confieren la capacidad de destrozar cualquier cebo duro con mucha facilidad. Me impresionaron los tonos violáceos que presentaba el cuerpo, justo después de sacarla del agua. Las que yo había capturado hace años, no presentaban esta característica. Walter me comentó que los colores de la cabeza se resaltarían con el transcurso del tiempo. Habían pasado escasos minutos, cuando otro ejemplar quedaba prendido del anzuelo. Al igual que la anterior, esta comenzó sacando muchos metros de linea, pero mi brazo no se amilanó ante lo que podía ser otro buen ejemplar. Las sensaciones iniciales fueron indescriptibles. Tras una larga carrera, llegaron unos tirones violentos, que la caña y el freno del carrete trataban de contrarestar. Cuando recuperaba algo de línea, la dorada los sacaba de nuevo. La noble batalla entre el mar y la tierra se decantaba del lado del primero, pero tras unos minutos, la dorada comenzó a dar signos de fatiga. Tras un poco más de tiempo, al fin pude contemplarla acercándose a la embarcación y en cuanto miró el salabardo, está comenzó a desplegar su carácter indómito y otra vez a empezar. Casi 7 minutos de intensa lucha, me proclamaron vencedor de la contienda. Allí estaba yo, flotando en una atmósfera de júbilo, agua y salitre. Casi 4 kilos de dorada que posaban ahora en mi mano. !!! Lo conseguí ¡¡¡Mientras admiraba la impresionante librea del bello ejemplar, Walter echó mano de una de las cañas ... era otra ... el tiempo se ralentizó ... y cuando el pez le hizo la señal, el Tanero efectuó la clavada. Pero esta vez el espárido había ganado la partida. Nos repusimos del momento y ya estábamos nuevamente con los cinco sentidos pendientes de las evoluciones de las cañas. Uno de los punteros mostraba el signo inequívoco de la presencia de otro pez. Tomé la caña ... y en el momento justo, clavé con decisión. !!! Otra dorada ¡¡¡ Eran momentos que no se pueden explicar con la más extensa de las narraciones, pero tocaba lidiar otra vez en la plaza del reino de Neptuno, con una de sus hijas. Nuevamente una lucha de varios minutos que endulzaban un poco más esos momentos. Quedaban atrás los recuerdos de las manos doloridas anzuelando cangrejos, preparando los cebos y pasando frío. Y a pesar de ser más corta que los primeros ejemplares, estaba muy gorda. Esto no me impidió piropearla como se merecía, pues me había ofrecido una noble lucha hasta el final. Y casi sin darnos tiempo a sentarnos ... !!! Doradaaaaa ¡¡¡ Cuando Walter la iba acercando, se dio cuenta de que era un ejemplar de menos porte que los anteriores. Rondaría los 2 kilos de peso, por lo que mi compañero le daría el indulto, y para ello sujetó con firmeza la caña y no cedió ni un ápice de línea. La tremenda sacudida de la dorada le propició la libertad instantáneamente y entonces me percaté de lo cauto que hay que ser con el freno del carrete.Tras unos minutos comentando las evoluciones de la jornada, contemplamos alguna lubina de caza por las inmediaciones de la embarcación.Mientras continuábamos preparando los cangrejos, Walter pronunció su característico !! Eh, eh, eh, eh, eh ¡¡, que da a entender que otro pez está sucumbiendo a los encantos del crustáceo que usamos como cebo. Una certera clavada da el pistoletazo de salida a otra épica contienda entre pescador y pez. Los minutos son una amalgama de sentimientos, pero al final hay uno que sobresale por encima de los demás, y este es la alegría. !!! Otra bella pieza ¡¡¡La mañana había sido espléndida pues se habían sacado cinco ejemplares de buen porte y se había indultado a otra. Como mi compañero había dicho, los ejemplares tenían ahora los colores muy marcados y podíamos observar con mayor nitidez, la variedad cromática que estos espáridos presentan. Era el momento de tomar unas fotos e irse a descansar, pues el madrugón había sido soberbio.Como no podía ser de otra manera, había que posar con esos casi 8 kilos de oro puro, reencarnados en seres terrenales, de espina y escamas.La alegría de haber vencido a uno de estos ejemplares fue para mí, el momento más agradable de la mañana. !! Y aún quedaba la tarde ¡¡. Así que recogimos las cañas y nos fuimos a tomar un merecido descanso antes de comer.Tras el reconfortante descanso, comimos con tranquilidad, comentando la jornada matinal. A Zack no le interesaba nada nuestra conversación, sino lo que nos llevábamos a la boca, y por suerte para él, algo cayó. El aspecto bonachón de este perro, se corresponde con la realidad, por suerte para mí jejeje.Tras la comida, Walter aprovechó para contestar a los diversos comentarios de su blog (http://dorada-tanero.blogspot.com/). La sonrisa no se debe a los efectos de la Estrella Galicia, sino al comentario de un lector. Por la tarde pescamos poco tiempo, pues la marea no dejó hacerlo con comodidad. Al rato de llegar tuvimos una picada, y en poco tiempo, el Daiwa GS-9 comenzó a emitir una música celestial. Tras unas horas con picadas fallidas cambiamos de lugar, pero en el nuevo emplazamiento no se sintió actividad alguna, por lo que dimos por concluida la jornada.
!!! 6 doradas de buen porte y muchas picadas ¡¡¡ ¿Qué mas se puede pedir? ... Pues repetir pronto jejeje.

Agradezco a Walter la jornada compartida, pues aquí sólo hay una pequeña muestra de lo que fue una jornada de muchas horas. Me ha demostrado que la dorada es un animal único en su clase, dentro de los moradores del mar, ya que presenta una lucha, sólo al alcance de peces de mucha mayor envergadura. Y que esta sólo se ha vencido cuando yace en nuestras manos, pues hasta el último momento, muestra su casta de pez indomable. Muchas gracias compañero.