Después de haber perdido dos tanas por la mañana, una que no quiso clavar y la que me rompió el anzuelo, me dispuse a salir una hora antes del ocaso a ver si había alguna rondando por la zona.
Al poco de llegar al pesquero noté la primera picada, y no clavó pero a juzgar por el movimiento del puntero no me parecía dorada. Fue una picada muy violenta más bien de un buen sargo, y con los cebos voluminosos que tenía en los bajos era complicado clavarlo. Al rato sí tuve un pequeño toque en una de las cañas en el que apenas se movió el puntero, así que habría que estar atento. Ya había desconchado el longueirón así que a esperar que encontrara uno de los anzuelos, y en poco tiempo empezó a cantar el carrete. Cerre el freno, cachete a la caña y tanita clavada. Fue una pelea muy buena y potente a pesar del tamaño de la tanita, pero estaba gordita gordita.
Una vez capturada y viendo semejante barriga no me pude resistir a apretársela para ver qué salía y estaba completamente llena de berberecho. ¡ Comó no van a estar ricas con lo que comen !.
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